Buenos Aires

Principio de interioridad

CALFAT /

Curaduría
Texto de Marcos Krämer

Mar. 27, 2025 — May. 17, 2025

Acerca de la exhibición

De a ratos reaparece en redes sociales un meme que evade casi cualquier coyuntura informativa y los aspectos volátiles de la realidad. Muy por el contrario, el meme específico que tengo en mente permite pensar, en simultáneo, el paso del tiempo, la tecnología y el uso de las imágenes artísticas. Me refiero a esa imagen que dice “Ningún celular a la vista, sólo gente disfrutando el momento”, y como ilustración una pintura histórica, o cualquier imagen de mera apariencia histórica que represente actos de violencia, saqueo, despojo y ultrajes. De alguna manera las pinturas que Verónica Calfat presenta en esta exhibición funcionan en varios puntos a la inversa de aquel meme.

Para empezar, se nota a la legua que el oficio de Calfat como pintora contiene una cantidad de capas maravillosamente indiscernibles. En su pintura, cargada y voluptuosa, todo vibra, todo se mueve, todo quiere salir reptando y declamar su vida. Verónica parece saber que la pintura como tradición cultural es una red, pero no una red por sus conexiones, no una red plana que denota la interrelación entre los pasados de la tradición sino una red como de pesca. La pintura que cultiva Verónica es una pintura de arrastre desde las profundidades de la historia de la pintura de occidente hasta la actualidad: va a buscar algo al pasado y al traerlo al presente arrastra consigo todos los accidentes hermosos que nos ha dejado la tradición dominante, la residual y la emergente de la pintura. Verónica no va a buscar al pasado una forma de representación específica, como un vehículo superficial para la nostalgia conservadora, sino que va al fondo de la marea de la historia para arrastrar con ella todo lo que quepa en nuestras manos presentes. Y lo que tenemos hoy mismo entre las manos, literalmente, son los celulares.

Esta vez las imágenes de Verónica no tienen personajes misteriosos u oscuros, como en series anteriores, sino principalmente personajes femeninos en actitud contemplativa. Porque el acto de contemplar es el centro de la atención de esta nueva serie. En el pliegue justo entre contemplar el paisaje que rodea a sus personajes y el desvío de la mirada, absorta en las pantallas que llevan en las manos, está la pregunta que pareciera hacerse la artista: ¿qué debemos hacer con la mirada en un contexto donde se extrae plusvalía de ella como si los ojos fueran pequeños obreros que trabajan sobre la pantalla? Me animo a arriesgar que la respuesta de Calfat es doble. Por un lado, pone sobre la mesa un tipo de pintura que exige una contemplación extraña, una laboriosidad aletargada y contraria al productivismo. Para acceder al interior de aquella bolsa de red de pasados que son sus pinturas debemos demorarnos en tiempos y lugares confusos, donde no es posible una lógica laboral de la mirada de tipo causa-efecto, como la de los memes. Mirar estas pinturas de Calfat es sumergirse en la temporalidad extraña e irregular que proponen, tan similar a la temporalidad a la que puede llevarnos la contemplación profunda: la de nuestro interior. Pero no es todo mera mirada, acción pasiva, porque dije que la propuesta de Calfat a aquella pregunta es doble. Y ahí aparece Ned Ludd, ese fantasma que atravesó Europa durante la revolución industrial para clamar por la destrucción de la nueva tecnología, ese fantasma que fue inventado para dejar de mirar y ponerse a actuar. Ese fantasma que fue hecho imagen en 1813 y que es reinvocado visualmente para esta exhibición. Sublevaciones como la de los ludditas requieren años de gestación y transmisión de maltratos, poblaciones enteras macerando saberes de resistencia hasta que siglos enteros explotan en un solo día. En estas pinturas de Verónica Calfat la interioridad es sólo el principio y lo que viene es la explosión.

Marcos Krämer

Buenos Aires, otoño de 2025, habitación 124A

Selección de obras

Verónica Calfat

Abundancia

Óleo sobre tela

100 x 82 cm

2025

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Verónica Calfat

Sin título

Óleo sobre tela

155 x 103 cm

2024

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Verónica Calfat

El líder de los luditas

Óleo sobre tela

155 x 103 cm

2025

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